Perezosa e indiferente, sacudiendo con facilidad el espacio de sus alas, conocedora de su camino, pasa la garza sobre la iglesia, bajo el cielo. Blanco e indiferente, ensimismado, el cielo cubre y descubre sin cesar, se va y se queda. ¿Un lago? ¡Quítale las orillas! ¿Una montaña? Sí, perfecto, con el oro del sol en las laderas. Cae desde lo alto. Helechos o plumas blancas, siempre, siempre...
Deseando la verdad, esperándola, destilando laboriosamente unas pocas palabras, deseando siempre (se inicia un grito a la izquierda, otro a la derecha; ruedas golpean divergentes; omnibuses se conglomeran en conflicto), deseando siempre (el reloj asevera con doce claras campanadas que es mediodía; la luz vierte escamas de oro; niños se arremolinan), deseando siempre verdad. Roja es la cúpula; de los árboles cuelgan monedas; el humo sale lento de las chimeneas; ladrido, alarido, grito. «Compro metal»... ¿Y la verdad?
Como rayos orientados hacia un punto, pies de hombres, pies de mujeres, negros o con incrustaciones doradas (Esa niebla... ¿Azúcar? No, gracias... La commonwealth del futuro), la luz del fuego salta y deja roja la estancia, salvo las negras figuras y sus ojos brillantes, mientras descargan una camioneta fuera, la señorita Thingummy sorbe té en su mesa escritorio, y las vitrinas protegen abrigos de pieles.
Cacareada, leve cual hoja, rizada en los bordes, pasada por las ruedas, plateada, en casa o fuera de casa, reunida, esparcida, derrochada en diferentes platillos de la balanza, barrida, sumergida, desgarrada, hundida, ensamblada... ¿Y la verdad?
Recordar ahora junto al fuego del hogar la blanca plaza de mármol. De las profundidades de marfil se alzan palabras que vierten su negrura, florecen y penetran. El libro caído; en la llama, en el humo, en las perecederas chispas; o ya viajando, la bandera en la plaza de mármol, minaretes debajo y mares de la India, mientras los espacios azules corren y las estrellas brillan... ¿la verdad?, o bien, ¿satisfacción con su proximidad?
Perezosa e indiferente la garza regresa; el cielo cubre con un velo sus estrellas; las borra luego.
jueves, 29 de abril de 2010
martes, 13 de abril de 2010
My Fauvorite Mistake
Y empiezo a pensar que mi vida no es como planeaba y que puede que nunca lo sea. Y que pienso demasiado en el futuro y poco en lo que tengo delante de mí. Que ya es la hora de olvidar el futuro y escribir un pasado nuevo. Que vivir para esperar el futuro es tirar el tiempo porque el mañana es hoy, y hoy toca vivir, disfrutar, alegrar...
Pasarse la vida como las protaganistas de los cuentos de hadas puede ser la peor de las torturas porque basar toda tu vida y tu felicidad en encontra el amor que te pague las facturas y haga que de repente seas más guapo que antes es peor tortura que una condena perpetua.
El amor no llega de repente a llamar a nuestras puertas, como todo. Sí de verdad queremso algo tenemos que luchar por ello. Y no esperar a qeu aparezca. Si no nos gusta algo hacemos lo posible por cambiarlo o por evitarlo, limitarse a dejar que las cosas pasen es lo más sencillo que podemos hacer, pero la vida no es sencilla. La vida es una continua lucha. Pero lo más duro de la lucha no es el combate, es la decisión. La decisión de mandar a la mierda el hábito de ser pasivo. De observar.
siendo un actor
Pasarse la vida como las protaganistas de los cuentos de hadas puede ser la peor de las torturas porque basar toda tu vida y tu felicidad en encontra el amor que te pague las facturas y haga que de repente seas más guapo que antes es peor tortura que una condena perpetua.
El amor no llega de repente a llamar a nuestras puertas, como todo. Sí de verdad queremso algo tenemos que luchar por ello. Y no esperar a qeu aparezca. Si no nos gusta algo hacemos lo posible por cambiarlo o por evitarlo, limitarse a dejar que las cosas pasen es lo más sencillo que podemos hacer, pero la vida no es sencilla. La vida es una continua lucha. Pero lo más duro de la lucha no es el combate, es la decisión. La decisión de mandar a la mierda el hábito de ser pasivo. De observar.
siendo un actor
lunes, 12 de abril de 2010
Anoche
Dicen que el ser humano es el animal más inteligente. Que es el que mejor domina el lenguaje y el más capaz en sus relaciones sociales. Al qeu dijo esto habría que darle una patada en el culo.
Cada vez que se nos acumulan los sentimientos o que tenemos demasiados sentimientos de repente somos incapaces de comunicar nada o de decir algo. Tan sólo somos capaces de emitir algo parecido a un gruñido. Y después del gruñido todo cambia. Es como si tu enfoque cambiará. Como si lo que era verdad dejará de serlo y eso para una persona que vive en sociedad y qeu sufré cambios de humor de forma natural es bastante peligroso, porque al risgo natural y diario se suma el del cambio de perspectiva.
Pero lo peor, lo peor de toda esta situación es que no sé cambiarlo y, en realidad tampoco puedo porque de alguna forma es algo que llevo pegado a mí.
Cambio, cambio, cambio
Cada vez que se nos acumulan los sentimientos o que tenemos demasiados sentimientos de repente somos incapaces de comunicar nada o de decir algo. Tan sólo somos capaces de emitir algo parecido a un gruñido. Y después del gruñido todo cambia. Es como si tu enfoque cambiará. Como si lo que era verdad dejará de serlo y eso para una persona que vive en sociedad y qeu sufré cambios de humor de forma natural es bastante peligroso, porque al risgo natural y diario se suma el del cambio de perspectiva.
Pero lo peor, lo peor de toda esta situación es que no sé cambiarlo y, en realidad tampoco puedo porque de alguna forma es algo que llevo pegado a mí.
Cambio, cambio, cambio
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