miércoles, 16 de mayo de 2012

El hombre del saco


Son pocas las veces que la verdad asoma por tu puerta y te asombra con un sentimiento nuevo, parecido a un soplo de aire fresco en una noche de verano. Pero cuando lo hace es de agradecerse. Puede que los meses de 2012 grabaran en mi un nuevo carácter, la ausencia de alcohol en sangre reavivara mis neuronas pero el caso es que en un momento he comprendido temores del pasado, rencores del presente y males del futuro. Aunque no ha sido difícil de entender si lo ha sido de procesar. Demasiadas ideas han venido a mi cabeza sin orden ni concierto y mi tiempo me ha llevado encontrar el hilo de la costura de mis ideas. Una vez hecho, solo he tenido que tirar levemente de la costura, el saco ha caído y con él se ha llevado un peso. Un peso pesado. De esos que por la noche te cae sobre los ojos y no te los deja cerrar. De los que te tiene en vigilia y en el candor del sueño se cuela y se hace notar. Cuando te acostumbras a esa falta de peso, la vida de repente se hace más llevadera. Es como lavar tu cabeza de ideas estúpidas y preocupaciones como cuando llevas al tiente tu abrigo favorito, una sensación difícilmente explicable.

domingo, 13 de mayo de 2012

Entre las flores del campo


Sueño. sueño de una noche de verano. Sueño con que vengas a buscarme al trabajo, me des un beso a escondidas. En la trastienda. Me preguntes que voy a hacer cuando salga y cuando te conteste que nada me invites a quedar. Dar un paseo, tomar una copa y tirarnos en el césped. Hablar de futuro. descansar los pies del largo dia de trabajo. Irnos a tu casa. tumbarnos en la cama y burlar por un rato la soledad. Respirar hondo. No pensar. Dormir y despertar. Volver a la rutina y echarte de menos. Trabajar y estar cansado. Quedar con mis amigos e ir al cine. Cuando el día de trabajo te deja extenuado y tu mente no da para entender más de dos palabras seguidas en una conversación, cuesta seguir el hilo de tus pensamientos. Al llegar a casa y pasar por la ducha el mundo se revela por un momento más claro. Cuando consigues esos minutos de reflexión te das cuenta de que los días pasan y no en vano. Engañar a la soledad en brazos de alguien se convierte en tu prioridad y casi en la obsesión que dicta tus días. La vida se trata de crecer y cambiar. Pero cuando cambias y tu figura ya no encaja en la pieza que eras antes, todo se vuelve más difícil. Lo que te lleva a un total abandono, llegando a cometer auténticas locuras en pos de un poco de compañia. Se abren los filtros y se cierra la moral.

domingo, 26 de febrero de 2012

Gavilán

¿Te has puesto alguna vez la música tan alta como para no escuchar un bombardeo? Yo sí, lo hago con frecuencia. Me ayuda en los momentos en los que me siento estúpido, ridículo o cuando pienso que no voy a volver a ver a una persona.
Ayer la noche cambio dramáticamente. Dos veces. Una para bien. Otra para mal.
Como siempre termine desando caer en un lago, o al mar. Quedarme flotando pedaleando un poco, al principio. Después dejar de pedalear. Después dejarme hundir. Dejar de pensar.

Volví a tener esa sensación. Es como si alguien te diera a probar un poco de la vida que realmente quieres. Como si te dejarán ver en una bola de cristal el futuro, y que las imágenes correspondieran al futuro que te gustaría tener. Pero el que te lo dio a probar te lo quita y la bola de cristal se rompe. Al final te quedas mirando a traves de un cristal tu propia vida. La visión acaba defraudandote y la probadita acaba sentandote mal al estómago.

jueves, 23 de febrero de 2012

Supeguay

Me he visto reducido a esto. Supongo que la Historia, nuestra historia nos empuja al punto donde estamos. Cada día que pasa, cada decisión que tomamos nos empuja hasta un punto. Al punto dónde se supone que deberíamos estar.
Deberíamos disfrutar de cada punto pero no siempre apetece

domingo, 12 de febrero de 2012

un día en el mundo

No tenemos memoria histórica, ni somos patriotas. No nos llevamos la mano al pecho cuando vemos la bandera española. Hemos oído hablar de las dos españas, algo que creemos lejano. No luchamos por la justicia en nuestro país.

Sin embargo se nos llenan los ojos de lágrimas cuando vemos las guerras de nuestros hermanos africanos, llenamos nuestras bocas de improperios contra declaraciones un tanto ofensivas de famosos de tres cuartos. Y "nos escandaliza", de forma totalmente pasiva, la pobreza en el mundo.

Hoy quiero hacer uso de un viejo proverbio chino, "antes de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu casa". Hoy quiero llamar a esas conciencias dormidas cara a casa y despiertas cara al público. hoy quiero recordar que nuestro país tiene una historia. Que nos deja en el lugar donde estamos. Que es hora de salir del embrutecimiento, de luchar por la justicia, la igualdad y la responsabilidad que todo esto conlleva.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=tXEkB5xjlTQ#!

martes, 7 de febrero de 2012

En los jardines humanos

Dejar que las palabras fluyan de tus dedos como las notas de jazz del saxo del mismísimo Coltraen no es nada fácil. Dejar de preocuparse o de sentir es igual de difícil. Con estos contratiempos expresarse es bastante complicado.
Recuerdo como hace unos meses, tirado en la cama, mirando el cielo de otra parte del Mundo, inventaba cuentos sobre Dimes y Diretes. Dos personajes bastante excéntricos que vivían las aventuras que yo no me atrevía a vivir. Recuerdo como vivían sus amores, como soñaban con sus regresos y recuerdo cuanto me gustaría ser ellos.
El miedo a lo que pueda pasar nos asusta de tal forma que no nos deja vivir. Nos condena a inventarnos personajes de cuento, mitad gatos mitad buhos, para poder vivir una vida, aunque no sea la nuestra.
El miedo a muchos sentimientos a la vez nos aterra de forma parecida. Solo que en vez de inventar personajes perdemos la capacidad de expresarnos. De comunicar esos sentimientos, y eso, eso si es un gran problema. La incapacidad para decir lo que sentimos puede parar la vida. Estropearla y condenarnos a vivir en soledad, en la peor de las soledades, la soledad de sentimiento.

domingo, 22 de enero de 2012

In an other life

Música alta, muy alta, lo suficiente para no oírme pensar.
Ha llegado el momento de construir muros, ha llegado el momento que estaba esperando. El momento decisivo, el momento raro de mi vida.
Ahora más que nunca me siento sólo. Y sé que este sentimiento está condenado a permanecer en mi cama por unas cuantas Lunas más.
Estar despierto me hace daño, dormir no puedo.
Por fin he dicho todo lo que tenía que decir. He oído lo que tenía que oír. He llorado. Lo he pasado mal, y ahora no sé cómo me siento. No se si me he aliviado, si he perdido una carga, o si por el contrario me he quitado una pero me he puesto otra peor.
Antes tenía dudas, ahora, aunque algunas siguen, ya no las tengo. Ahora tengo miedo frente al futuro. Antes sabía lo que debía hacer, lo que tendría que hacer, aunque siempre desee que el tiempo lo hiciera por mi. Pero ahora ya no lo sé.
Tengo proyectos, tengo metas, tengo sueños, pero no la fuerza para cumplirlos si no tengo a alguien esperando en casa.
Lo que más necesito en estos momentos es fuerza. Fuerza y valor. Valor para acabar lo que se tiene que acabar. Cambiar relaciones y cariños. Cambiarlos y tal vez no encontrarlos en otras personas. Volver a empezar de cero, cuando ya iba por cinco. Vivir con el miedo de que la historia se repita, que las antiguas predicciones de madre enfadada se hagan realidad. Miedo a afrontar experiencias en solitario de nuevo. Seis meses viviendo sólo han sido bastantes, por lo menos por ahora. Afrontar otra temporada sin abrazos, sin caricias es una tortura que no quiero conocer. No la quiero conocer porque no me la merezco.
Merezco conseguir lo que necesito, lo que quiero, lo que me merezco de verdad. Ya he luchado y perdido, ahora me tocaría luchar y ganar, por una vez, no pido más.

http://www.youtube.com/watch?v=b-I2s5zRbHg&ob=av3e