lunes, 25 de abril de 2011
Alguien que cuide de mi
Dios y ahora quién es? Quién hace tanto ruido ahí fuera?
Tal vez esta frase es la que mejor define mis sentimientos. Y es que ya es seguro que he entrado en una espiral de la que es difícil salir. y es que solo necesito coger distancia para verlo todo desde otro ángulo. Dejar que algunas personas pasen y se vayan y que entren otras nuevas.
Pero me he cansado de cambiar los actores y no el guión. Y es que siento que mi vida es como una película de cine. Con sus distintas versiones y remake mal versionados. Pero que cuentan siempre la misma historia. Conocer a alguien. Dudas. Sentimientos en estado de shock. Roces. Caricias. Esperanzas. Desilusión. Dudas. Dudas. Confidencias. Negación. Auscultación. Ilusiones. Historias imaginarias en tu cabeza. Historias que elucubras para dirigirte hacia tu futuro ideal. Ese que posiblemente nunca se dé. Y después más desilusión. Y más dudas que no te dejan conciliar el sueño. Y de repente te das cuenta que tu vida desde los dieciséis años ha sido siempre igual. Te has relacionado e ilusionado igual con todas las personas, pero el final ha sido siempre el mismo. Se han marchado por donde han venido. Y tú te has vuelto a quedar solo fantaseando sobre posibles romances que no verán nunca la luz. Ilusionándote y volviendote a perder en tu mundo. Muy profundo.
A veces, por las noches me da miedo pensar en Chile. En cruzar el mundo. En perder en una aldea entre las montañas. Pero entonces recuerdo todo esto. Y sé que será lo único que me ayude a salir del laberinto.
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