domingo, 26 de febrero de 2012

Gavilán

¿Te has puesto alguna vez la música tan alta como para no escuchar un bombardeo? Yo sí, lo hago con frecuencia. Me ayuda en los momentos en los que me siento estúpido, ridículo o cuando pienso que no voy a volver a ver a una persona.
Ayer la noche cambio dramáticamente. Dos veces. Una para bien. Otra para mal.
Como siempre termine desando caer en un lago, o al mar. Quedarme flotando pedaleando un poco, al principio. Después dejar de pedalear. Después dejarme hundir. Dejar de pensar.

Volví a tener esa sensación. Es como si alguien te diera a probar un poco de la vida que realmente quieres. Como si te dejarán ver en una bola de cristal el futuro, y que las imágenes correspondieran al futuro que te gustaría tener. Pero el que te lo dio a probar te lo quita y la bola de cristal se rompe. Al final te quedas mirando a traves de un cristal tu propia vida. La visión acaba defraudandote y la probadita acaba sentandote mal al estómago.

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