viernes, 20 de noviembre de 2009

Foreign Land

Baila. Cánta. Rie. Salta. Grita. Rompe. Corre. Huye. Escucha. Habla. Sonrie. Come. Bebe. Fuma. Sal. Entra.
Pero nunca te pares a pensar. Nunca te regociges de tu situación. Nunca te estanques en ella. Las cosas cambian, han cambiado y cambiaran. No te fies de lo que hay. No añores lo que tenias. No esperes tener algo. Porque todo cambia.
Sólo molestate por el momento que estas viviendo, porque por eso se llama presente. Porque es un regalo. Enfadate si no haces lo que deberías hacer. Si no vives como quieres. Si desperdicias tus horas porque algun día las echarás en falta.
Sé feliz y haz feliz a los otros. Sonrie y recibirás sonrisas. Quiere y te querran. Pero nunca te enfades ni maldigas. No ensucies tus horas. Hazlas brillar.

Pasandole un pañito a mis horas malgastadas y mis malos humores

lunes, 16 de noviembre de 2009

1,2,3 testing

No todo lo que brilla es oro. No todo es lo que parece. Ni tan siquiera nosotros mismos. Nada se conserva.
Todo se evapora. Las cosas cambian. El fuego se apaga. La noche se acaba, llega el día. Ves las cosas claras, pero las escondes. No gustan. No eran como esperabas. Tampo tu reflejo.
Es mejor mentir. Ocultar. Engañar. Disimular.

Pero sobre todo es importante que tu te lo creas. Que no te duela. Qeu puedas llevarlo.
Y no siempre se puede. Pero se intenta.



Testing, testing & testing

viernes, 6 de noviembre de 2009

Raindrops Keep Falling On My Head

Tener la certeza de que lo que sientes no se va. La certeza de que va en aumento quedándose con tu espacio, el espacio que usas para vivir y aquel dónde antes te sentias feliz, protegido. Vivir sabiendote equivocado, observado, engañado.
Un día te levatas y las cosas han cambiado - tal vez no sea fuera- pero tu cristalino no acierta a ver el cielo azul y la blancura de la nieve. Lo que ayer era pardo hoy se vuelve negro, y lo blanco pardo.
Las cosas se oscurencen, la gama de colores calidos se va enfriándo poco a poco, dejando el rojo de un cobre que invita a irse a casa a cobijarse.
Tán sólo el humo de un cigarrillo es capaza de camuflarte. Tan sólo el olor del calfe recien hecho es capaz de sustraerte de tu catatonia. Pero de repente alguien habla en la sala y la paz que habías creado se va, se te escapa entre las manos como al camarero se le derrama una gota de café por el borde de la taza. Es justo, en ese momento -cuando la gota llega al plato dónde reposa la taza y cuando vuelves a la dura realidad- cuando ves la verdadera sinceridad de la gente. Cuando tu interlocutor expone ante ti su realidad, o a veces lo que cree que es la realidad. Es en ese momento cuando te sientes terriblemente egoísta por pensar en ti, por tener la desfachated de pensar en ti. La vergüenza de no poner todos tus sentidos en los problemas de los otros.
Es ese sentimiento que coge número para unirse a los que ya te acompañan en tu lado izquierdo, en el malo, y que hoy por hoy es el que más pesa, el que más se hace notar. Es ese lado que te hace sentir sucio icluso depués de la ducha.
Pero ese lado que por suerte desaparece también de vez en cuando, si sabes como hacerlo, si aprendes a ignorar ciertas cosas, si aprendes a aceptar lo que te ocurre y que es lo que te mereces, por poco que te guste, por mucho que te duela, por mucho que te hunda en la más profunda de las pofundidades, acabará siendo parte de ti. Y el dolor y las ganas de no salir a la calle, seguirán latentes en ti. Pero aprenderás a disimularla,
Aprenderás a ver tus grandes defectos como una parte de ti, pero sólo si no te dejas engañar, porque los defectos nunca se llegan a interiorizar, nunca los llegas a normalizar. Cada vez aparecerán más, incluso vendrán como una consecuencia de lo que creías que eran tus mejores virtudes. Siempre aparecen y reaparecen.....



Intentando ver lo pardo blanco

jueves, 5 de noviembre de 2009

Impermeable azul

Encontrase de repente una noche en casa, saboreando un mate y escuchando a Carmen McRae, abrigadito en una chaqueta de lana, sintiendo el frío del otro lado del cristal, al fin solo, al fin loco. Decidiendo entre ver "las horas" leer a Virginia Wolf o algún libro de poesia. Pensando en el día que se acaba. Pensar en hacerte pequeñito, desapareer lentamente y sentirte tan insignificante y tan invisible como una gota de lluvia en plena tormenta.

Miles de ojos siguen esa gota en su decadencia desde las nubes, indefensa y solitaria prosigue su camino, siempre hacia abajo, siempe perdiéndo volumen, sintiendose tonta y torpe entre el resto de maravillosas gotas que la acompañan - de lejos - en la caida -y que la sueperan en todo, más bonitas,brillantes, esponjosas-.
Con la velocidad del trueno que cae en la noche, notas esa estúpida sensación de ser observado -más propia del Show de Thruman o de un esquizofrénico paranóide, incapaz de demostrar sentimientos, abúlico perdido, anhedónico profundo, con dificultades para escribir- sintiéndose traicionado por todo y por todos, siendo participe de un juego que no conoce y no le gusta, pero al que uno se ve obligado a participar. A veces sentirse como en una obra de Shakespeare, sintiéndote como el mismísimo Oberon.
DE repente te replantes si lo que crees es lo que hay o si tu percepición ha decidido hacer un viaje al cerebro de Virginia Wolf.
Luchas contra esos sentimientos que te desequilibran. Pero a veces no es fácil.







Derrocando al Estado Paranoide