lunes, 29 de junio de 2009

Cerrado



Hace mucho tiempo los jovenes indies acataron el lema "do it yourself" que viene a significar algo así como hazlo tú mismo. Lo que viene a significar de alguna manera, acata las consecuencias. Pero no es fácil.

Los seres humanos estamos destinados a cometer los mismos errores una y otra vez, chocarse con la misma piedra. La primera vez que nos encotramos con esa piedra, tal vez no sea culpa nuestra. Nos la encontramos, nos chocamos, caemos y nos recuperamos. Pero la siguiente vez que nos caemos y cometemos los mismos errores la culpa ya no es de quien asfalto el camino sino nuestra.
Caerse y magullarse las rodillas no es algo que hagamos porque nos guste. Nos caemos y nos magullamos poruqe es necesario para aprender. Aunque muchas veces es necesario tropezarse más de una vez para aprender lo que se supone que representa esa piedra.

Pero si hay algo seguro es que por muchas veces que nos caigamos, por muchas rodilleras de pantalones que rompámos y por muchas piedras con las que tropecemos, siempre volveremos a levantarnos y seguir con el camino. Es cierto que a veces preferiremos quedarnos en el suelo, poruqe es más seguro ir a gatas, a ras de suelo, dónde sabemos que si nos caemos no nos haremos daño; que levantarse y arriesgarnos a caer de nuevo. Pero siempre, siempre por mucho que nos cueste volveremos a caminar, aunque al principio alguien nos ayude.


Saltando las piedras del camino

sábado, 27 de junio de 2009

Cigarrettes

A veces el silencio es nuestra mejor arma. A veces no hablar es mucho más sentato que decir algo. A veces tenemos tantas ganas de hablar y tantas cosas que contar que nos saturamos y nos es imposible articular frases coherente que nos permitan comunicarnos.

Otras veces tenemos las cosas tan claras pero tenemos tanto miedo a lo que pueda sucer que decidimos mantenernos callados y sin molestar. Pero todo eso que almacenamos en nuestro interior y que decidimos no comunicar, sigue ahi y no desaparece por mucho que nos esforcemos en empujarlo hacia abajo. Nos ejerce un presion que es inaguantable y hace que nos hundamos y nos sea imposible levantarnos.

Pero con el tiempo nos acostumbramos a la carga y se hace menos pesado. Con el tiempo y solo con eltiempo el peso desaparecera, podremos sacar la cabeza fuera del agua y seguir con nuestras vidas. Pero si el peso desaparece lo que lo origino no, nos seguira durante mucho tiempo, tal vez toda la vida, pero ya no será una carga sino una parte de nosotros que debemos admitir y llevar.


Escondiendo cosas que no me pesan

domingo, 21 de junio de 2009

Fingiendo


Ccuando éramos pequeños pasábamos largas horas delante de la televisión viendo películas de Disney o escuchando a nuestros abuelos contándonos absurdos cuentos de hadas, que nos enseñaban que lo realmente importante, y lo que nos haría ser personas de provecho en el futuro, es aparentar.
Aparentar ser quien no somos realmente con tal de gustar a los demás. La cenicienta y sus zapatos de cristal, hércules y sus hazañas... todos nos enseñaron que para ser felices deberíamos ser otra persona mejor que la que éramos. Porque ¿por qué al príncipe no le gustaba la cenicienta si seguiría teniendo el mismo cuerpo con vestido de gala que con su indumentaria habitual? ¿Por qué Hércules lucía sus músculos delante de la muchacha de turno? por aparentar.
De niños nos enseñan a querer una bici mejor, unos patines mejor o a tener más chulerías que el resto de los niños.
Lo que se traduce que de mayores desearemos tener un trabajo mejor pagado, un coche mejor y los mejores electrodomésticos del mercado. Desde pequeños nos han vendido que aparentar es la única manera de ser felices. Pero no somos más felices por tener más cosas o mejores que nuestros compañeros, en mi opinión, somos más felices por tener compañeros con los que poder jugar. Pero cuidadito, no compañeros que se nos acerquen por tener juguetes, sino compañeros que quieran jugar con nosotros porque seamos nosotros y no les importe que vayamos vestidos de mercadillo o no tengamos juguetes que compartir, solo que les importará que queramos ser felices y tengamos ganas de disfrutar.

martes, 16 de junio de 2009

Enero en la playa


Llega el verano. Con sus canciones del verano sonando a todas horas en las emisoras de radio. Con sus dos por uno en bañadores de caballero en la tienda de la esquina. Con los niños jugando en los parques, a la consola la mayoría ,eso sí, pero en el parque. Con sus altas temperaturas, sus escasas lluvias y con los ancianitos echando horas de más en la calle, que por el día hace mucho calor y por la noche se está bien al fresco.
Llega un tiempo sin clases, sin tantas obligaciones como durante el curso, pero con obligaciones. Con demasiado tiempo libre por delante y con demasiadas expectativas para los tres meses que terminarán siendo eso, sólo expectativas. Tiempo libre que acabamos empleando en lo mismo que todos los años anteriores, en salir y pensar.
Pasamos largas horas en la calle, de fiesta o tirados en algún parque cualquiera, porque en estas fechas no somos demasiado exigentes con un césped cualquiera nos vale con tal de que halla sombra. Pero pasamos largas horas reflexionando sobre todo lo que nos hubiera gustado hacer durante el curso, todo lo que hemos hecho, lo que esperamos para el que viene y las personas que hemos conocido durante el año. En definitiva hacemos durante el verano todo lo que deberíamos hacer a fin de año, que es cuando toca pensar en lo que hicimos el año pasado. Pero nosotros elegimos el verano, que es más largo, hace más calor y tenemos que mantenernos ocupados como ese setentenario que decide jubilarse y que se para a pensar por primera vez en 65 años que es lo que ha hecho con su vida.

A todos nos venden que el verano se usa para descansar, pero desde niños, verano ha sido y será siempre la época más productiva del año. Con nuestros cuadernos Rubio, las noches en el parque acompañados por nuestras madres, las noches en el parque si la compañía de mamá, estudiando en Zacut para las asignaturas de Septiembre y pensando que será de nosotros el año que viene.

Así que el que dijo que el verano es tiempo de descanso, o Marina d´Or ciudad de vacaciones que nos lo cuente el día 1 de Septiembre.


Pasando largas horas en parques pensando y disfrutando , eso siempre.

sábado, 13 de junio de 2009

Ain´t got no (I´ve got life)


No doy besos, ni abrazos. Ni me gusta el contacto físico y me cuesta el emocional. Soy tactofóbico. Me altera el contacto con otras personas. Pero a la vez también me gusta. Aprendí con el tiempo que los abrazos significan despedidas, y que los besos, muchas veces, esconden penas.

Por suerte aprendí también, gracias a las personas, que los abrazos significan afecto y los besos cariño. Nuestra vida, al fin y al cabo, se basa en aprender. Aprender a andar, a leer y a escribir, a equivocarnos... Pero detras de cada aprendizaje se esconde la persona que nos lo enseñó y que es lo más importante del proceso. Nuestros padres, profesores y amigos. De todos ellos aprendemos y a todos ellos enseñamos algo.

Se acabo un curso lleno de personas nuevas, y no tan nuevas, de las que he aprendido cada día una cosa nueva y que siempre han estado ahí dispuestos a enseñar y a aprender. No sólo nos enseñan cuando todo va bien y nuestra relación parerce inmejorable, sino que nos enseñan cuando las cosas van mal y nos resulta díficil no gritarnos porque todo está mal y no sabemos como seguir. Cada persona, cada instante con las personas, nos lleva a aprender algo nuevo que nos sirve de guia para la próxima vez, porque siempre y para todo hay una próxima vez. A cada uno de vosotros os agradezco mil cosas pero puedo destacar:

Andrea: la alegría, el escuchar, el reir, saber disfrutar del momento (que no todo el mundo sabe),
reflexionar...
Bea: el compromiso, la amistad, el saber querese y querer a los demás, idealismo, la igualdad entre las personas...
Sara: el trabajo, el esfuerzo, el saber compartir, el cuidar a las personas, abrirse a los demás, aprender de lo que se nos ofrece...
Patri: la ilusión, el reir, el querer, el avanzar, el saber lo que se quiere de verdad, a ser más scout, a afrontar situaciones difíciles...
Mario: abrirse a la gente, disfrutar, aprender, cuidarse, conocer a la gente...
Diego Milagro: la reflexión, la empatía, el compañerismo, reir, disfrutar....
Borja: la amistad, el compromiso, sufrir y disfrutar, el volar sin despegar, aprender, cabreo, jugar, viajar...
Elena:el compromiso, el viaje, la improvisación, disgustos y alegrias, otro punto de vista, disfrutar, reir, aprender de los errores y reconocerlos (que no es fácil)....
Berta:El no sentido del ridiculo, el otro punto de vista, el hacer lo que realmente se quiere hacer...

Se acaba el curso, pero la vida sigue, el aprendizaje sigue, todo continua creciendo. Las personas siguen estando ahí con nosotros, en el camino. A veces estarán cerca, nos llevaránel equipaje o nos pedirán que les ayudemos con el suyo. Otras veces estarán lejos pero aún asi miraran que estemos bien y estarán pendientes de que no nos salgamos del camino. Y nosotros estaremos ahí para ayudarles a ellos también aunque a veces ni nos lo pidan. Pero siempre nos enseñaremos a caminar a no equivocarnos o a repar los errores.



Drove to New York in a van with my friend.

Soñando con un viaje por la noche, con vosotros....

martes, 2 de junio de 2009

Walking in my shoes

Me duelen los pies.

Camino en otros zapatos. Me los pongo aunque me queden grandes o pequeños. Me los pongo y ando un kilometro con ellos. No me importa de quien sean. No me importa el daño que me hagan. No me importa levantarme con los pies llenos de llagas y heridas si sé que se las he evitado a alguien. Me gusta andar con zapatos que no son los mios porque sé que eso ayuda al dueño a llevar su carga mejor. Ponerme sus zapatos es ayudarles.

Hay dos clases de zapatos. Los que me pongo porque me los ofrecen, y solo los uso de vez en cuando, cuando me lo piden o lo necesitan. Y los zapatos que me gusta ponerme. Son zapatos que uso toda la vida, que nunca me hicieron herida y que me sientan bien. A cuyos propietarios les dejo mis zapatos para que caminen un kilometro aunque no me gusta que los usen por si se les resienten los pies. Usos su zapatos con comodida, casí por costumbre, no me hacen daño.
Pero de vez en cuando uno de esos zapatos me hace una ampolla, que me duele y hace que no quiera andar más con ellos. Pero espero y la ampolla desaparece. Aunque se crean otras nuevas y acaban hiriendóme los pies.
Entonces le ofrezco a su propietario mi par pero los rechaza porque está muy ocupado con otros zapatos y no puede ponerse los mios. Y yo sigo llevando los suyos que cada vez hace que me sangren más los pies.
Llega el momento en el que el dolor se hace inguantable y me quito los zapatos, ya no ando más con esos zapatos por un tiempo. Hasta que cicatrizan mis heridas y soy capaz de seguir caminando. Pero siguen quedando cicatrices que no sé si dejarán que pueda andar bien el resto del camino. Pero seguiré intentándolo porque cuando me pongo unos zapatos me gustan y ya no los puedo dejar.

Poniendome tiritas para ponerme los mismos zapatos.