Entramos en la época de examenes. Una época en la que todo está minuciosamente preparado. Minuciosamente dispuesto para estudiar y centrarte en tu futuro. Pero no me gusta pensar en el futuro. No me gustan las cosas milimetradas. Prefiero improvisar. Prefiero sentirme como un músico de jazz antes que un minucioso matemático.
Prefiero dejar la estadística para otros y pensar en lo que realmente me preocupa. Lo que me asusta. Y es que solo me asusta lo que conozco. No puede darme miedo el futuro (o por lo menos no el lejano). Me dan miedo muchas cosas. Pero prefiero no pensar en ello. Aunque el miedo a equivocarme a veces hace que no tenga ganas de levantarme de la cama.
Ahora prefiero pensar en cosas bonitas. En acabar los examenes. En viajar. Y no pensar más en ti porque bastante lio tengo yo ya en la cabeza.
No quiero vacaciones, porque no me dejan relajarme. Me obligan a pensar. Quiero actividad. Quiero hacer cursos, ir a clase... pero no quiero pensar. Me abruma. Hay tantas cosas en mi cabeza que casi no puedo ni expresarlas, ni siquiera se lo que es....
Lalalalalalalallalalalalaalalalalalalalla (cantar por no pensar)
No hay comentarios:
Publicar un comentario