miércoles, 11 de marzo de 2009

They


Los antiguos indios americanos se rapaban la cabeza y enterraban el pelo para depurarse de su pasado y poder vivir el presente. Ojalá fuera así de fácil.

Intentamos vivir cada momento intensamente. Disfrutando de lo que tenemos. Pero en algun momento pasa algo y eso a lo que no le hubieramos dado importancia empieza a perseguirnos y no nos deja disfrutar.
Inentamos esconderlo, hacer como si no existiera y ese fenómeno que desencadenó nuestra situación actual se repite. Pero nosotros seguimos tragando, como si fueramos el váter. Tragamos, tragamos, tragamos y tragamos. Entre trago y trago seguimos disimulando como si no existiera eso que nos incomoda.

Pero llega un momento en el que el váter ya no traga más y se atasca. Entonces es como si fuera a explotar. Todos nosotros somos como el váter. Tragamos nuestra mierda y también la de los demás. Déjamos de ser váteres para ser volcanes a punto de entrar en erupción.

Cuando estamos saturados la erupción es evidente. Pero hay una forma de detenerlo. Consiste en hablar. Dejar de tragar y hablar. Aunque hablamso prácticamente desde el año en estos momentos se vuelve tan difícil que no sabemos hablar, no sabemos que decir. Pero si lo conseguimos la sensación de paz y tranquilidad es fantástica, indescriptible.



Conteniendo la erupción con todas mis fuerzas pero sin ganas de hablar.

1 comentario:

  1. Los antiguos indios americanos hacian algo más que eso...

    Miraban al cielo en una noche estrellada y abrian bien las manos en direccion a las montañas para agarrar bien fuerte todo lo que la magia de la noche les iba a traer.

    Y al final eso es lo que queda Alex,Los recuerdos siempre son malditos, vuelven una y otra vez a la mente y nos confuden glorificando esos momentos...Escuharlos no es malo, pero puede convertirse en una obsesión.

    Un buen indio es siempre consciente de aquello por lo que vale la pena luchar. No entra en combates que no le interesan, y nunca pierde su tiempo en provocaciones. "Un indio guerrero acepta la derrota. No la trata como algo indiferente, ni intenta transformarla en victoria. Se amarga con el dolor de la pérdida, sufre con la indiferencia y se desespera con la soledad. Pero después de que pasa todo esto, lame sus heridas y recomienza todo otra vez. Un indio sabe que una guerra está compuestas por muchas batallas. Y sigue adelante...

    ."Cuando las cosas van mal y el corazón sangra, reir es de héroes. "

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